sábado, 28 de septiembre de 2013

ITINERARIOS (IV)

PLAZA GABRIEL MIRÓ

                Muchos días, cuando el afán de caminar no me lleva a recorrer agrestes senderos, son las calles de la ciudad las que me hacen ese servicio y, aunque no hay silencio en el que recoger los propios pensamientos  y el humo del tráfico contamina el aire de una manera que dista mucho de proporcionar reposo a los , ya , cansados  pulmones, siempre es posible distraer la mirada en algún rincón en el que parece que la ciudad no existe, en que estamos solos el observador y el objeto de nuestra atención.
            Que la ciudad haya sido masacrada en aras de esa revolución del ladrillo que ha sido capaz de llevar al vertedero cientos y cientos de creaciones irrepetibles, no ha impedido que todavía haya lugares donde la belleza llena el aire de poesía y el alma puede sentirse transportada, bajo el influjo de la luz y el rumor del fluir del agua, a un remanso de paz en el que reposar del ajetreo circundante.
            Si tuviera que elegir ese rincón especial, sin duda me inclinaría por la Plaza de Gabriel Miró, rebautizada desde hace muchos años como Plaza de Correos por albergar en uno de sus lados uno de los escasos edificios que, también, ha conseguido librarse de la piqueta y la especulación, aunque hubo un tiempo en que no estaba claro que fuera a ocurrir así y cuyo uso es, precisamente, como Oficina de Correos.
            Mientras la moza que preside la fuente central de la plaza deja caer el chorro de agua de su cántaro, el sol se refleja en todas y cada una de las gotas que, en finas partículas han generado los potentes caños del vaso inferior y así, como por arte de magia, un tenue velo hace difusa la escena, dejando en manos del observador la oportunidad de deleitarse con su contemplación.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

JARDINES ESPONTÁNEOS DE LA CIUDAD DE ALICANTE(III)



            Siguiendo con el tema de los jardines espontáneos, es claro que su existencia debemos agradecerla a la incompetencia de los servicios de limpieza que, incumpliendo sus obligaciones permiten el desarrollo, a veces hasta extremos insospechados, de diversas especies vegetales que luego prestan esa nota de color que rompe la gris monotonía de nuestras calles.

            Con harta frecuencia estos arbustos crecen junto a los bordillos de las aceras o adosados a paredes de edificios, lugares-sin duda-en los que no se ha establecido una unión perfecta entre los materiales de construcción y se acumula tierra en la que germinan sus semillas.

            Otro espacio muy aprovechado es el de los alcorques vacíos de árboles que un día desaparecieron por muerte natural o a beneficio de los vándalos que, de cuando en cuando, pasan por las calles como torrentes en día de tormenta, avasallando cuanto encuentran a su paso.

            La falta de la limpieza en los alcorques de los árboles, unido a la posibilidad(en ocasiones remota) de que el sistema de riego funcione y aporte agua son, en otros casos, la causa de que plantas y arbustos encuentren facilidades para crecer.
ç

           



martes, 24 de septiembre de 2013

PASARELA A LA NADA



            En no pocas ocasiones la prensa y otros medios de comunicación se han encargado de difundir noticias relativas a las construcciones encargadas por los políticos de turno, cuya megalomanía les ha llevado a la generación de instalaciones o servicios cuya utilidad práctica es nula, por cuanto se construyeron en lugares de difícil acceso o próximos a otras instalaciones similares ya consolidadas o por no haber tenido en cuenta la potencial demanda.

            Así, con este criterio podríamos encontrar en todas y cada una de las autonomías patrias ejemplos de aeropuertos, estaciones de tren, ciudades de la cultura, auditorios, museos, etc. que , o bien están totalmente abandonados o bien su infrautilización lleva a que los gastos de mantenimiento excedan en cientos de veces los ingresos que se obtienen con su uso.

            También, en nuestra ciudad de Alicante, tenemos el clamoroso ejemplo de la Ciudad de la Luz cuyas instalaciones están prácticamente en desuso, además de estar inmersas en conflictos judiciales.

            Hoy quería referirme, sin embargo, a otra construcción fallida, en la Albufereta, que me atrevo a bautizar como “Pasarela de la nada” porque nace y muere en terreno sin urbanizar y, desde su construcción, hace ya varios años, está vallada y sin utilizar. Como suele ser habitual en las construcciones creadas al amparo de criterios no prácticos (por decirlo de una forma suave), hay un importante grado de belleza estética en su forma, pero con toda probabilidad el coste fue exorbitado y de no ponerla en uso en breve, su destino será la piqueta, al encontrarse cerca del mar, azotada a diario por la brisa.



 Puede suceder que la maleza cubra totalmente la estructura y , en unas hipotéticas excavaciones que se realicen dentro de mil años, descubran las ruinas y crean que se trata de una nave. Si no espacial, sí muy "especial"

viernes, 20 de septiembre de 2013

JARDINES ESPONTANEOS DE LA CIUDAD DE ALICANTE(II)



            Si hay una flor que me guste, ésa es la margarita. Une la belleza a la sencillez y la humildad, pese a que tiene una variedad e intensidad de colores que la hacen digna de figurar en el ramillete perfecto. Seguramente por esa sencillez, la margarita suele permanecer ajena al ajetreo de la ciudad. Le gusta más el campo, los espacios abiertos, porque allí se encuentra libre, como en su propia casa y no tiene obligación ninguna de competir ni quitarle el terreno a ninguna otra planta.
            Muchas veces la he visto en las veredas de los caminos, en los solares abandonados, pero no suele prodigarse entre el ladrillo y el asfalto, aunque –sin duda- su presencia contribuye a dar una nota de alegría a esa masa gris/negra que es el suelo de la ciudad y en el que tantas y tantas veces fijamos nuestra mirada, no tanto por imitarla en modestia como para apartar la vista de los demás y sumergirnos en nuestros propios pensamientos.
            A todo el que le he preguntado si alguna vez ha deshojado una margarita, me ha respondido afirmativamente. Quizá por esa doble posibilidad que nos reporta el azar, cuando tomamos cada pétalo en nuestra mano. “¿Me quiere?”. “¿No me quiere?”. Hay quien dice que como tienen un número determinado de pétalos, según como se inicie la pregunta se puede conocer el final. Yo no lo he intentado así. Siempre he ido al grano, porque lo que importa es saber si te quieren. Si no es así, lo mejor es dar la vuelta y buscar a otra persona, porque el amor se tiene o no se tiene. Al menos el que pretendemos relacionar con la margarita, porque de otros amores, aún siendo importantes, no vamos a conseguir eso que buscamos de “entregar sin recibir nada a cambio”.
            Bueno, pues, a veces, el no amar la ciudad lo  suficiente como para cuidarla hace posible, durante el breve tiempo que la lluvia, los agentes atmosféricos o la bota del viandante lo permite, el disfrutar de la margarita silvestre y , también,  por eso viene a esta página


jueves, 19 de septiembre de 2013

YES, WE CAM



            Durante largo tiempo, demasiado quizá, los trabajadores de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) , hoy Sabadell CAM y quienes lo hemos sido en alguna de las etapas de nuestra vida laboral, encontrándonos actualmente en cualquiera de las situaciones pasivas (desempleo, jubilación, invalidez), hemos venido soportando estoicamente no pocas escenas y comentarios desagradables, protagonizados por clientes cuya confianza en la entidad se había visto vulnerada.

            Aceptando el sentimiento de defraudación de los clientes, solo comparable con el de los propios trabajadores, protagonistas sin quererlo ni saberlo de acciones y /u omisiones presuntamente delictivas orquestadas por políticos y personal directivo de dicha entidad, solo cabe expresar nuestro sentimiento y empatía hacia aquéllas personas que han sufrido menoscabo en su patrimonio, sin que ello sea óbice para que continuemos mostrando nuestro orgullo de pertenencia a una organización con una larga trayectoria de trabajo fiel y servicio honesto hacia los clientes, contra los que la mayor parte de los trabajadores, serios y honrados profesionales, jamás realizaron acciones deshonestas.

            Aquí, como dicen que sucede en los naufragios, “las ratas son las primeras que abandonan el barco”, eso sí, dotándose de buenos “chalecos salvavidas” y mirando hacia otro lado mientras los clientes se arruinaban y los trabajadores, colaboradores involuntarios en sus nefastas actuaciones se veían abocados a aceptar, por la fuerza, nuevas y peores situaciones de trabajo o un futuro incierto en el que el desempleo era el primer escalón en el descenso hacia modos de vida más precarios.

            Es cierto que la CAM ya no existe y la situación se presenta como irreversible, pero no lo es menos que fue una gran empresa, que prestó grandes servicios a la sociedad a lo largo de su trayectoria y que su proyecto solo se vio truncado presuntamente cuando los indeseables tuvieron el poder en su mano con la connivencia de quienes, faltando a  sus deberes para con esa misma sociedad y sus ciudadanos, presuntamente utilizaron  sus facultades en el propio enriquecimiento.

            Emulando la frase del Presidente de EEUU, creo que podemos decir con orgullo, “YES, WE CAM”. Nosotros somos CAM y eso nadie puede quitárnoslo.