lunes, 28 de octubre de 2013

SETAS



                Acostumbrado como está uno a  exageraciones de toda índole, no hice muchos caso a las críticas de la oposición al referirse a las, ya, famosas setas de nuestra Calle San Francisco. Cuando escuché el nombre de Alicante en un telediario empecé a  mosquearme un poco y no podía creer que un hecho así mereciera siquiera unos minutos de pantalla.

                Así pues, decidí  ir personalmente para comprobar si había alguna razón en las críticas. Debo confesar que las mías son mucho peores. Puedo conceder a  la persona que ha tenido la “genial” idea el beneficio de la duda acerca de la bondad de sus intenciones, pero me parece que es absolutamente descabellada y sólo comparable, aunque haya diferencias (seguramente) en cuanto a coste y tamaño con aquélla otra “genialidad” de situar junto al Palacio de la Diputación las esculturas de Mortadelo y Filemón o la escultura en el acceso al inoperante aeropuerto de Castellón.

                Mi sentido común, no siendo político, me induciría, por ejemplo, a hacer algunas cuentas y antes de hacer un gasto comprobar de cuánto dinero dispongo. En el caso presente   se da la dolorosa circunstancia de que el Ayuntamiento está bajo mínimos  debiendo afrontar alrededor de 3 millones de € al mes a los bancos, por las deudas contraídas por lo que :a) me parece una falta de responsabilidad el realizar este gasto que, además de las críticas muy justificadas, no creo que sirva para mucho más que  depósito de excrementos para los perros de los incívicos ciudadanos que haya en la zona ; b)  se podrían atender  necesidades sociales imperiosas, que las hay.

                Por si fuera poco el remate que se ha colocado rodeando el pie de cada seta temo que provocará más de un tropezón, puesto que se ha producido un estrechamiento considerable de la calzada.

                ¿Hay alguien en la Corporación Municipal que tenga sentido común? Como es habitual hoy en día, sólo podré calificar de “presunto” incompetente al  autor/@ de este proyecto del que no he conocido ninguna explicación acerca de las ventajas que reportará a la ciudad o, al menos, a los vecinos de la zona.



 (Imágenes de varios medios de prensa)

sábado, 26 de octubre de 2013

LA MEMORIA DE TU BIBLIOTECA



                Hace algunos días recibí , de la Directora de la Biblioteca Gabriel Miró ,una invitación para colaborar en el proyecto titulado “La Memoria de tu Biblioteca” a lo que no pude negarme. En días sucesivos y en entrevistas individuales, cinco personas  residentes en Alicante y, como dice un periodista  (refiriéndose a la edad)“veteranos” fuimos objeto de diversas preguntas sobre las bibliotecas en general, la de Gabriel Miró en particular y nuestra experiencia personal  como usuarios de bibliotecas.
                Desconocía absolutamente cómo se iba a desarrollar la entrevista, al no  haber recibido cuestionario previo y, realmente, no entendía muy bien la razón por la que se me había invitado. En principio pensé que era porque no habían encontrado  ningún voluntario. Sin embargo, al tener la oportunidad de conocer al resto de participantes no solo me alegré de compartir  con ellos mis vivencias sino que me sentí emocionado por formar parte de un grupo con el que la relación me aportó mucho, tanto a nivel intelectual como humano.
                Las entrevistas se llevaron a cabo en el despacho original del escritor Gabriel Miró, que se conserva en la misma Biblioteca, con su biblioteca personal, hoy al alcance de los investigadores. Tanto mi entrevista como las del  resto de invitados se desarrollaron en un ambiente distendido, tal como he podido comprobar al reproducir las grabaciones correspondientes.
                Debo decir que no tengo el perfil clásico de un usuario de biblioteca, puesto que acudo a ellas de manera esporádica, pero esto no menoscaba el interés y, diría, emoción que siento al estar allí, rodeado de cientos, miles, de libros, con la seguridad de que voy a tener a mi alcance conocimientos imposibles de obtener de otro modo, puesto que los avances tecnológicos no han conseguido transformar , en su totalidad, el papel escrito en ésa cosa etérea que uno no sabe muy dónde está y que son los libros digitales que, por otra parte no pueden ni soñar siquiera en llegar a alcanzar la antigüedad de aquéllos.
                Incluso yo, que no soy anticuario, tengo en mi biblioteca (de tamaño mini, por cierto) algún libro de más de un siglo y en contrapartida, tengo una memoria USB que no tendrá más de un año, imposible de leer y que aún no me he decidido a tirar a la basura, reciclando, por supuesto.
                Supongo que las bibliotecas tienen, al menos para mí, ese algo que uno encuentra en las novelas de misterio, cuando el criminal está tan entretejido en la trama que hasta la última página no sabe uno quien es. De igual modo, al leer un libro –sobre todo si se está investigando alguna cuestión- cada página que se pasa es una nueva puerta, quizá, a algo desconocido e ilusionante que te incita a pasar nueva página, a buscar en otro libro, en una sucesión ininterrumpida de satisfacciones y decepciones, según llegues o no a encontrar aquello que buscas o, con suerte, conozcas algo inesperado que colme más aún, tus esperanzas.
                Si los minutos en que tuvo lugar transcurrieron en un soplo, gracias, sin duda, al buen hacer de los productores, no ha sido menos satisfactorio  como ya indico anteriormente, el conocer personalmente al resto de entrevistados por su calidad humana, sencillez y, también, por su claridad de ideas y de expresión.  José Moratinos, tantas veces leído en artículos de opinión, me produjo gran satisfacción no solo por poder apreciar de viva voz su erudición; su sencillez y conversación hizo agradable la espera del inicio del acto, al que acudió con una puntualidad exquisita, así como la despedida en la que compartimos conversación con Consuelo Gil Navarro, también protagonista del proyecto y de agradable trato.
                Los otros participantes del evento fueron “Ali” Andreu Cremades, quien no pudo asistir al acto del día 24 por razones de salud y Teresa Rubira, con la que tuve también ocasión de cambiar impresiones en este mismo día.
                Tanto en el diario Información de Alicante, como en YouTube, FaceBook y el blog Alicante Vivo hay amplias referencias sobre el desarrollo de este proyecto.
               
               

               
               

miércoles, 23 de octubre de 2013

EL RIO SECO




            En la Provincia de Alicante no hemos sido favorecidos por la Madre Naturaleza con el don de un rio caudaloso en el que pudiéramos distraer la mirada, bañarnos, pescar o, simplemente, echar una siesta bajo las frondas de un chopo de sus orillas, acunados por el rumor de las aguas en su camino hacia el mar.

            Es posible que en alguna época haya sido de otra forma, pero hoy apenas hay breves hilos de agua, seguramente contaminada, que no tiene otra utilidad que la de favorecer el crecimiento de arbustos en sus proximidades, así como servir de guarida a algunos insectos.

            Hace unos días, en una de mis caminatas, pasé por la desembocadura del Rio Seco (Campello), de cuyo nombre se puede deducir fácilmente que no lleva agua . Su cauce sirve, únicamente, como camino a las aguas vertidas más arriba por las lluvias torrenciales que, en escasas ocasiones, aunque anualmente, suelen sucederse.

            En un momento dado me pareció escuchar el rumor del agua, pero me dije a mí mismo: “no es posible, hace días que no llueve, debe haber una tubería rota”. Más, aproximándome hacia la zona de donde provenía el rumor pude ver una discreta corriente de agua que atravesando la barrera de guijarros de la desembocadura, se vertía en el mar.

            Dudo mucho que el agua proceda de lluvia o de algún nacimiento. Más me inclino a pensar que haya alguna depuradora cauce arriba y que esta sea el resultado del tratamiento.

            Lo que no acabo de entender es la razón por la que no se utiliza






domingo, 20 de octubre de 2013

MIERDA





            Algunos de los que lean esta página podrá catalogarme de grosero o mal hablado (escrito, en este caso) pero correré ése riesgo, porque lo que no puede suceder es que esté uno viendo todos los días lo mismo y se calle, con lo cual está dando carta blanca a los que actúan incivilizadamente y a aquéllos que lo consienten que, obviamente, son los políticos que gobiernan.

            Es claro que la mayoría de las personas buscan el recinto construido al efecto para depositar el resultado de sus digestiones. No adoptan, sin embargo, un criterio similar algunos propietarios de perros, a los que parece les divierte ver al resto de ciudadanos haciendo equilibrios y dando saltos para no pisar el “regalo” con que sus canes nos han favorecido.

            Así, la ciudad en su conjunto es un auténtico “cagadero” en el que los ciudadanos cumplidores de la ley, educados bajo la consigna de “no molestar” nos sentimos impotentes, al no vernos respaldados por las autoridades (en este caso, incompetentes).

            Más aun, como la parte construida de la ciudad no es suficiente para desplegar las habilidades defecadoras de los sufridos canes, sus propietarios no tienen inconveniente en facilitarnos también su observación en zonas lúdicas y ajardinadas. Una de ellas, por lo que he podido comprobar, es muy del agrado de estos ¿ciudadanos?; el Castillo de Santa Bárbara, cuyos senderos exponen un amplio muestrario de su civilizada actuación.

            Es lamentable que una de las pocas zonas de esparcimiento que tiene la ciudad haya quedado reducida a ser el retrete a cielo abierto de los animales que, siendo bautizados como “el mejor amigo del hombre” ven recaer sobre ellos las fobias de aquéllos otros hombres que, sin decidirlo voluntariamente, se ven-no pocas veces-castigados con tan desagradables elementos.

            Más de uno dirá:”seguro que se resolvería el problema si la mierda estuviera en la puerta de tal alcalde o concejal”. Y, segura y lamentablemente, los hechos suelen dar la razón.

            Otro día hablaré, por otras razones, también lamentables, del Castillo de Santa Bárbara.

viernes, 18 de octubre de 2013

PEATÓN





            El peatón es un ente individual, mixto en cuanto a su concepción e híbrido en cuanto a su alimentación. Obtiene su energía de elementos tan dispares como leche, tortilla de patatas, pollo, sardinas o cerveza, entre otros. Buen número de estos entes exhalan, de forma totalmente voluntaria y ocasional, humo. Todos ellos, de manera más o menos discreta, expelen ventosidades cuya actividad nociva en el medio ambiente aún no ha sido debidamente cuantificada.

            Su chasis soporta un número variado de órganos encargados de transformar en energía su alimentación, así como de controlar sus funciones vitales. No todos los elementos que lo forman son susceptibles de recambio ni, en su caso, está garantizada su duración en el tiempo ni los resultados funcionales que se buscaban.

            La capacidad de carga del peatón es muy baja y limitada a situaciones específicas y de breve duración. Se especula que esta limitación tenga que ver con su carencia de ruedas motrices.

            La situación del peatón con relación al automóvil es de manifiesta inferioridad. Una de ellas es la ya citada carencia de ruedas. Asimismo, dado que expele cantidades infinitamente menores de humo que el automóvil, no puede competir con él en este aspecto aunque, en otras facetas, como situarse en doble fila u ocupar espacios destinados al tránsito puede hacerlo con resultados interesantes. Por otra parte, para conseguir igualar la cantidad de decibelios que produce un automóvil, es preciso acumular un elevado número de peatones, circunstancia que sólo se produce en “botellones”, “macro fiestas” o recintos deportivos en los que el número de hinchas de un equipo exceden de lo habitual.

            Como resultado final de la preponderancia del automóvil sobre el peatón, no es infrecuente que éste último quede relegado en las políticas de preferencias  que los distintos gobernantes otorgan a las infraestructuras de la ciudad. Sirva de ejemplo el paso peatonal de la fotografía, que ha sido dedicado en su totalidad a contenedores de residuos, obligando al peatón al uso de la calzada reservada a automóviles, con el consiguiente riesgo de su integridad física.