jueves, 19 de abril de 2018

SEÑAS DE IDENTIDAD




         Si hay algo en nuestra ciudad de Alicante que nos identifica, es el Castillo de Santa Bárbara. Está ligado de manera indisoluble a la historia y es un hito paisajístico de primera magnitud.

         Si hay algo que identifica a nuestros ciudadanos, es la apatía con que se trata todo aquello que no es personal (y aún esto, diría yo). Quizá sea por ese “menfotismo” típicamente alicantino.

         Si hay algo que identifica a nuestros políticos (y no me refiero “solo” a los de esta legislatura ni a los que gobiernan) es su desinterés por la ciudad, que ha ido cabalgando durante demasiado tiempo a galope de la piqueta, haciendo desaparecer buena parte de nuestra riqueza monumental.

         Pues bien, vuelvo al Castillo de Santa Bárbara. Y en este se reúnen la apatía de los ciudadanos y el desinterés de nuestros políticos.

         No hablo por hablar; cualquiera que decida encaminar sus pasos ya sea por la carretera de acceso, ya por sus caminos o veredas, se encontrará con todo esto (y más, seguramente, si es buen observador):

-        - Árboles y arbustos secos, los unos tumbados porque ni se sabe el tiempo que hace de su defunción, los otros todavía en pie, ¿hasta cuándo?
-        - Muretas rotas, algunas ni siquiera tienen cerca las piedras que las conformaron
-        - Piedras sueltas por doquier
-        - Caminos en estado calamitoso, sin ningún atisbo de conservación
-        - Fugas de agua en las escasas zonas donde hay riego
-        - Señalización inexistente o en mal estado, con textos ilegibles
-         -Pintadas y grafitis que no han respetado ni siquiera las viejas piedras de la fortaleza y que perduran ajenas al paso del tiempo.

Por si fuera poco, nos encontramos con vestigios de la utilización, durante la Guerra Civil, de la fortaleza, que están totalmente desprotegidos. Una placa no fácilmente localizable en un lateral, sin mayores explicaciones, vigila a buen número de grafitis grabados sobre las losas del pavimento, que carecen de toda protección y son pisadas por los visitantes. No sé si será una forma de interpretar la Memoria Histórica.

En fin, un cúmulo de circunstancias que califican por sí solas el abandono.

¿Algún día cambiarán las cosas?

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